--> Diario de un reimplantado Coclear y su implante coclear: personas
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miércoles, 5 de marzo de 2014

Día 1876. Emejota.

Ya hacía unos meses que nos habíamos conocido por emails. Fue una de las primeras fans de este blog. En aquella primera queda del Moncayo Aragonés en Octubre de 2009 no dudó en convencer a su pareja y ponerse los dos, ambos ejecutivos de marca de implante, la camiseta de Pepe Sordisas con la que fui gratamente recibido al llegar a Borja.

No he podido nunca dedicarle un post por cuestiones profesionales. No me ha dejado.

Y es que Emejota (MJ), como así la conocemos los comentakas, siempre me ha demostrado su profesionalidad, sabiendo separar la confianza personal con su trabajo.

Así pues, nunca he sabido, salvo detalles puntuales, sus gestiones de despacho. Pero sí la he visto a pie de calle, donde esta mujer vale su peso en oro.

He podido ver como sufría con algunos de los casos más duros que hemos vivido aquí. O cómo implicaba sus emociones como un familiar más. Y como hacia amigos, que aún conserva, de lo que a la práctica no dejaban de ser sus clientes, por encima de intereses. Porque MJ ayudaba fueras de la marca que fueras.

La he visto resolver con educación y acierto conflictos de usuarios descontentos, sin perder jamás la sonrisa.

En este tiempo hemos compartido ideas de esas difíciles de entender en un mundo demasiado superficial, algunas de las cuales han salido aquí.

Hemos visto y leído a la vez series y libros.

Hemos compartido pasión por Barcelona, por Gaudí, por fotografiar espacios y edificios.

Pero sobre todo nos hemos admirado mutuamente, sin prejuicios ni tapujos propios de ideas trogloditas, por encima del qué dirán.

Hace unos meses tuvimos el placer de convivir con ella unos días en Barcelona, e incluso durmió en mi casa.

Pude hacer realidad su sueño de disfrutar a tarifa plana de Pumba -su tercer perrito tras sus Niko y Romi- porque adora a los animales. Y ellos a ella.

Y compartir tertulia, aunque confieso que más con Lucía que conmigo -temas femeninos donde aún no llego, jejeje-.

Y con todo eso jamás conseguí sacarle un secretito coclear, de esos que aún son ciencia ficción, lo que demuestra su fidelidad y su grandeza.

MJ ha dejado de trabajar para esta marca, por motivos que, lo juro, aún desconozco.

Espero y deseo que en su próximo proyecto profesional tenga la oportunidad de seguir ayudando y mostrando su impresionante humanidad.

Gracias, María José, por ser mi AMIGA.


sábado, 23 de junio de 2012

Día 1256. Repescando sensaciones.

Hoy he vuelto a ver la foto.

La foto del post 549.



Alvaro, el hijo de Vicente Del Bosque, vuelve a ser noticia. Su padre le ha vuelto a prometer subir al autobús descapotable si la roja gana esta Eurocopa.

No me canso de mirarla.

En ella, Alvaro se lanza a abrazar a su padre. En este momento le importa un pito el resto del mundo, el presidente del gobierno de su lado, y los fotógrafos que captan la imagen. Sólo existe su padre, sin prejuicios, sin esa vergüenza que tenemos muchos, mal llamados "normales" a la cámara, a quedar bien, al qué dirán. Con inocencia y sentimiento, y con cariño, mucho cariño.

A Vicente Del Bosque, se le nota que Álvaro le llena tanto que se olvida de esa vergüenza que sí conoce y de los flashes. Sólo Álvaro y él. El resto no existe. Álvaro nació con síndrome de Down. Del Bosque cuenta en el libro "39 historias solidarias alrededor del deporte" que "lloramos mucho pero ahora cuando miro atrás pienso que fuimos gilipollas". Se nota que es un padre feliz, muy feliz.

Y Zapatero, representando al resto del mundo, a los que miramos desde fuera esa relación con ternura, a los que nos contagiamos de esa felicidad, de esas sonrisas. Aunque no me fio mucho de la sonrisa ensayada ante el espejo de un político, muy ensayada.


Y ¿por qué repito tema? Porque ese me produjo una sensación especial, muy especial.

Y porque las sensaciones bonitas valen la pena revivirlas.

Valen la pena.






sábado, 14 de abril de 2012

Día 1187. El tocayo.

- Hola guapo, hooola, hooola. Qué guapo, es un carlino, ¿verdad?
- Sí. Y tú eres Jose, ¿verdad?
- ¿Cómo lo sabes?
- Joer, te conozco desde que eras un crío, has jugao con mi hijo alguna vez... Abel
- Ahhhh, sí, sí

Pero a Jose no le entusiasmaba jugar en grupo, lo que realmente le gustaba era montar y desmontar cacharros con ruedas.

Le recuerdo su primer patinete, de esos de manillar, cuando se pusieron de moda hace muchos años.

Luego pasó al sk8 (skate board) y su tabla estaba hecha por él, con sus grafitis salidos de sus sprays.

Me acuerdo de su bicicleta, no se parecía a ninguna, porque la había tuneado con sus manos.

Luego vino la moto, sin marca, estilo Harley Davidson, bueno más bien Jose Davidson. La aparcaba (no se si aún la tiene) en mi parking, y cada vez que arrancaba retumbaba el barrio entero.

Y hace poco lo vi con una furgoneta Volkswagen, estilo hippie a la que no le falta de nada y parece nueva.

Con Jose comparto algo más que el nombre: el entusiasmo de ser autodidacta.

Hemos aprendido a base de ponerle muchas horas a lo que más nos gusta, él cacharros con ruedas, yo cacharros con teclas.

Nuestra satisfacción personal se llena a la vez que nuestro ego cuando damos la obra por casi terminada. Siempre es casi, porque siempre se puede mejorar, es un no acabar nunca.

Y no paramos hasta la siguiente meta, y al llegar, buscamos otra.

Aún recuerdo mi primer ordenador, cuando rondaba los 20 años. Fue el primer PC del mercado, como tal, el Amstrad PC 1512. Y yo no tenía ni idea de informática, dejé los estudios recién hecha la selectividad para ponerme a trabajar en el bar de mis padres.

Me costo el salario de un mes, 150.000 pesetas. Lo saqué de la caja, lo puse en la mesa de mi habitación y le dije: "Macho, tú me tienes que dar de comer".

Y aquí me tienes, empachao.

La informática es mi pasión, como la de Jose la mecánica. Trabajar con pruebas y errores te hace aprender muchísimo, y tener infinitos recursos.

De mi tocayo y de mí seguramente que más de uno pensará que somos frikis. Para mí los frikis son los que pierden las horas jugando a los videojuegos, con la de cosas que puedes hacer en ese precioso tiempo.

Nunca nos cansaremos de aprender, mientras la cabeza aguante.

Me pregunto qué será lo próximo de Jose. ¿Un camión?

¿Y lo mío?



PS: Inauguro con este post una entrañable etiqueta: personas

sábado, 10 de marzo de 2012

Día 1152. A mi ex.

¿Cuánto tiempo hacía que no nos veíamos? ¿15 años o así, no? Pues ya ves. Al poco tiempo monté una pequeña empresa. Teníamos de cliente una agencia de publicidad. A los dos años nos compró para montar un departamento de interactivos en la agencia. Estuve unos 5 años dirigiéndolo. El mejor año, el 2003, en el que salíamos en la tele día sí día no, gracias a Salvamania.com, un portal que creé allá por el 2001 donde colgaba todas las animaciones que pasaban por mi cabeza y que un dibujante muy bueno sabía interpretar. Pero también fue mi peor año, cuando supe que tenía neurofibromatosis, como mi madre. ¿Te acuerdas de ella, no? Pues la pobre está en una residencia. Me la destrozaron. ¿Cómo empezó todo? Pues un buen día mi madre se cayó en las escaleras de su casa, mi hermana y yo ya nos habíamos emancipao. La llevamos al hospital y al hacerle un TAC vieron algo raro. Joder, dos tumores como dos pelotas de pinpong. Y nada, primero la operaron de uno, se le descolgó un lado de la cara, y al poco el otro. Me la dejaron sin movilidad, tiene que ir con tacataca, no puede comer sólido, sorda y ahora apenas ve. Un desastre. Yo tuve suerte. De la operación del primero al segundo dejé pasar seis años, tuve que cambiar el guión de mi vida por lo que me esperaba. Dirigir un equipo de diez personas, sordo, hubiera sido muy difícil, aparte de que no me llenaba, era un estrés total. Lo dejé pero me quedé en el mismo departamento como uno más. Al principio no lo entendían, pero el tiempo puso las cosas en su sitio. Y ahora pues allí estoy, sin responsabilidades y plegando a las siete, jajaja. A Abel no lo conocerías. Alto como yo, pero más ancho, puro músculo. Ha salido a su padre, jajaja. ¿Lucía? Igual. Bueno, no, más guapa. ¿Y tú qué? ¿Con la misma?

Esta fue parte de la conversación de esta mañana con un excompañero de trabajo. Hacía unos 15 años que no nos veíamos. Dábamos cursos en una academia que ya ni existe. El era un veinteañero, y yo rondaba los 30. Hoy tenemos canas los dos. Yo más. Culpa de la B12.

Fueron buenos años, ganábamos dinero sin trabajar mucho, y encima nos divertíamos. Soy de no perder el contacto con mis excompis y esto de la informática me lo pone fácil. Ponernos al día ha sido divertido, había mucho que contar. Nos tenemos un aprecio mutuo pero no habíamos tenido ocasión de vernos antes.

Ha sido a mitad de camino entre su casa y la mía, en la terraza del Viena, con mi famoso bocadillo de jamón y cocacola.

La nérdota es que por mi parte han habido sólo un par de "qués" y por la suya alguno también, que yo le resaltaba, entre risas.

Con lo fácil que era vernos, como me pasaba con Júlia, y que rápido pasan los años.

¡ Ay, cómo hemos cambiado !

martes, 30 de agosto de 2011

Día 960. Hasta siempre

Hola pepe, soy una chica de un pueblo de valencia, me llamo Menchu, y el día 8 de octubre de 2010 operaron a mi madre, Carmina, para ponerle un implante coclear. Ella te sigue en tu blog desde mucho antes de la operación y me cuenta que se lo pasa muy bien con tu blog y tus historias, pero desde que la operaron va a días, y ya no se como animarla, dice que si antes oía mas, que si no a sido buena idea, y he pensado que si tú le dijeses algo se alegraría mucho.
23 de Febrero de 2011

Y así fue como llegó Carmina, madre de Menchu hasta éste tu blog.

Le mandé un email y empezó a ser comentaka.

Se implicó desde el primer día en todos los casos, difíciles algunos, que se plantean en las tertulias de los comentakas, ese espacio virtual que tienes según se entra en los comentarios.

Siempre con la sonrisa, que virtualmente se traduce en JAS con muchas "A".

Siempre espitosilla Carmina, a la que yo llamaba "cansina", porque era un torbellino de energía positiva, que virtualmente se traducía, entre otras cosas, en repetir muchas vocales de las palabras.

PEPEEEEEEEEEEEE, LEEEEEEEEEEEEE, me decía cuando no le hacía caso.

680 comentarios dejó en este espacio virtual, en este bar que no existe más que en el teclado de unos pocos.

Virtual.

Virtual.

¡ NOOOO !!!

Doy un puñetazo en la mesa y digo que esto no es virtual, como no lo son las lágrimas secas que nunca caen en mis mejillas desde hace dos puñeteros años.

Esto es real !!!! Somos de carne y hueso, existimos, nos ayudamos, enfermamos, nos operamos.

Es real, como real es que Carmina nos ha dejado, hace 24 horas.

Es real, como real es que su familia quiere que aquí se diga y así lo hago.

Es una maldita realidad la crueldad del destino, que se lleva sin preguntar a quien no debe llevarse, a la buena gente, a la que contagia alegría.

Es una maldita realidad que ya no nos dejará mas comentarios.

Se plantó en 680.

Su último post.

Con muchos JAS. Como debía ser.

Nunca te olvidaremos.

Hasta siempre Carmina.

Hasta siempre, comentaka.



martes, 24 de mayo de 2011

Día 862. A mi primer jefe

Hasta los 21 años había sido mi propio jefe, y ya llevaba unos cuantos echando 15 horas diarias al bar-restaurante familiar.

Cuando lo dejamos yo era un joven sin carrera, precisamente por tener que atender el negocio. Sólo hice una entrevista de trabajo, como si el destino no quisiera dar oportunidad al resto.

Me atendió un buen hombre, entrado en años, curtido en la atención al personal, educado y de los que te hablan mirándote a los ojos. Era una fábrica de barnices, y él el gerente.

Algo vería en mí porque me contrató sin dudarlo. Y empecé a los pocos días en lo que fue mi primer trabajo con jefe.

Me trataron muy bien. Era ayudante en el laboratorio, limpiando máquinas con disolvente.

En el control de calidad había un chico de más o menos mi edad, que no acababa de caerme bien, algo así como apatía a primera vista. Y para colmo era el hijo del jefe, el "enchufao".

Pero ese antiflechazo pareció estar bastante equivocado. Al final nos hicimos amigos, que no es lo mismo que compañeros.

Veinticinco años después, hoy, puedo presumir de seguir teniéndolo como amigo.

Anoche pasó uno de los peores momentos de su vida. Aquel buen hombre que me hizo el primer contrato dejó de sufrir una larga y dolorosa enfermedad.

Mi primer jefe respiró por última vez. Su padre.

Por fin descansó. Y su hijo. Y la familia.

Han sido días duros, en los que se sabía el final, y se rezaba para que no tardara, para acortar el sufrimiento

La noticia me ha entristecido al recibirla por email.

Un email que recordaré siempre, y que me ha hecho sacar mis lágrimas secas:

"Ahora siento un gran sentimiento de paz porque mi madre y yo pudimos acompañarlo en el último momento. Él me acompañó al nacer y yo he podido acompañarle al morir. Es como un regalo."

Pues sí.

Descanse en paz.
Descansad en paz.

jueves, 17 de marzo de 2011

Día 794. Un 17 de Marzo... o dos

La Antonia hoy estará melancólica, seguro.

Los recuerdos de días felices se le amontonarán en la cabeza.

Y a su edad y con lo que lleva encima, lo que mejor tiene es la memoria.

Recreará los días que, haciendo de sirvienta de una casa de ricos, paseaba a los niños de "su señora", mientras un tal Pepe, dandi canijo donde los haya, cigarrillo en mano, hacía uso de sus buenos conocimientos de pesca y le tiraba la caña.

Viajará en el tiempo hasta hoy hace 48 años, cuando le dio el "sí, quiero" ese 17 de Marzo.

Retornará al banquete, humilde, pero alegre.

No olvidará el regalo que tuvo por el primer aniversario de boda: su niña.

La Tere quiso venir al mundo ese mismo día. Seguro que en vez de salir llorando, salió riendo.

Porque tendremos carencias en la familia, pero el almacén de la risa casi siempre estuvo lleno.

La niña salió 13 meses antes que el niño, y se llevó lo mejor, incluido el cromosoma bueno. Ké kab.

Hoy la Antonia, mi madre, estará ñoña, pero no triste.

Se acordará de su Pepe, al que el puto tabaco le arrancó de su lado hace ya casi 25 años.

No ha tenido suerte en su vida, aún así, sorda, medio ciega y con movilidad reducida, no para de hacer bromas.

Mañana su niña se encargará de hacerla reír. Y su niño, claro.

Los tres nos achucharemos como hacemos a menudo.

Nos acordaremos de algunos momentos en los que éramos cuatro, pero sin lágrimas.

Celebraremos el aniversario, el cumpleaños y mi santo. Y ya puestos, el día del padre, aunque no esté.

Todo junto, para ahorrar, que estamos en Catalunya, la tierra a la que ellos tres emigraron desde Córdoba mientras yo empezaba a gestarme.

Mañana (futuro) nos reiremos del pasado, mientras nos hacemos unos regalitos (o presentes).

Felicidades, papa.

Felicidades, mama.

Felicidades, tata.

TMM

ellos tres, aún en Córdoba

miércoles, 23 de febrero de 2011

Día 772. Expecial

Conviví con ella dos años.

Hoy había quedado a comer con una ex.

Una ex-compañera de trabajo.

Es algo que hago a veces, quedar con ex-compañer@s de curro, pero ella es especial.

Hacía la friolera de 9 años que no nos veíamos. La "casi" edad de su hijo mayor, Guillem.

Viví con ella y su pareja los intentos fallidos por quedarse embarazada. Entonces yo era su jefe. Uno de sus jefes. El otro era mi socio.

Nunca la vi como una empleada, ni a ella ni al joven y simpático sueco. Los tres nos lo pasábamos bien trabajando. Éramos una empresa pequeña a la que una agencia con clientes de renombre, les daba algunos trabajos.

Las cosas no iban tan bien como queríamos, el resto de los clientes pagaban poco y mal. A ella se le acababa el contrato y, tuvo la puntería de quedarse embarazada justo antes. Mi socio no estaba de acuerdo en renovarle el contrato. Y yo quizá fui un poco cobarde al no defenderla lo suficiente, lo reconozco. Era el mundo real.

Unos meses después la agencia nos absorbió y nos trasladamos para crecer. Ella ya no trabajaba con nosotros, no llego a formar parte del nuevo proyecto. Fue a por unos papeles con su bebe, Guillem. La última vez que nos vimos.

No estábamos enfadados, simplemente no coincidimos más, por hache o por be.

Dos años después, supe que tuvo otro peque, Artur. Iba sabiendo del crecimiento de ellos porque al vivir en el barrio donde tiene mi hermana la tienda, los ve a menudo.

Retomamos el contacto en este blog, fue de las primeras comentakas.

Hoy hemos comido los tres, ella, la Tere y yo.

Hemos hablado durante algo más de una hora. No le han hecho falta instrucciones para hacerse entender, ha gesticulado lo suficiente, a un volumen correcto, aunque han habido "qués", claro (había mucho ruido). Era su primera toma de contacto con el mundo coclear, dos años después de leerlo aquí cada día. Para ser la primera vez, ha aprobado con nota.

Casi todo el tiempo de conversación se lo ha llevado Guillem. Me fascina, como habréis podido comprobar estos días, el particular mundo de los afectados por el SA (síndrome de Asperger). He podido escuchar, de una madre como es ella, la curiosa forma de entender la realidad de estos peques.

Es una madre luchadora y valiente. Nos certificaba mucho de lo que estos días he leído de Marcelo.

Tener un hijo así, le ha hecho madurar como persona. A base de hostias, si, pero muy gratificantes.

Guillem va creciendo, y el asperger va flojeando, como pierde el gas una gaseosa abierta. Aunque sabe que siempre quedarán burbujas.

Es inmensamente feliz con sus dos peques y su Miqué.

Tan embelesados estábamos con el tema que apenas hemos hablado de otra cosa.

Conociéndome como me conoce, me ha dicho: "Ay, Pepín, que tienes cosas de SA". Y que en internet habían test de adultos por si quería salir de dudas.

Le he dicho que no (porque yo también lo creo), que Sanitas me regaló hace poco un chequeo y no he ido a hacérmelo. Lo que tiene que ser será. Y lo que fue, es pasado. Aunque sé que el test acabaré haciéndolo.

Nos hemos despedido prometiéndonos que no tardaremos otros diez años en volver a vernos.

He cogido un lápiz y he apuntado en una libreta: Volver a quedar con Júlia.

Así lo iré recordando de vez en cuando.

No dudo de lo que sentimos el uno por el otro:

Se llama admiración mutua.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Día 626. La tita

Cuando media familia emigró de Córdoba, hace cuarenta y pico años, la tita María y su marido se quedaron a medio camino, en los madriles. El resto se vinieron a Catalunya. Yo no, porque aún no existía.

Siempre ha sido puro nervio, toda vitalidad, energía y carácter. A sus 86 años aún los conserva, aunque con la piel arrugada como una uva pasa y la cabeza hundida en su pecho, más hundido todavía.

Hace unos años enviudó y quedó sola en la capital. Le ha costado decidirse pero al final ha tenido que venir a Barcelona, donde al menos no está sola.

Le hace compañía en la residencia a la Antonia, mi madre, su hermana.

Entre las dos se quieren, se ayudan y discuten. No tienen otra cosa que hacer.

La tita tiene dolores de cabeza. Y no es que le duela a la altura de la frente, sino que algunos de sus dolores, repartidos por su menudo cuerpo, son fruto de la imaginación y se le pasa con un "placebix forte", nombre en clave tonta que le hemos dado a la pastilla placebo que le calma el dolor al instante. Porque María, a sus 86 está increíblemente bien, sólo le falta salir a hacer footing.

Usa sus quejas para llamar la atención, como una niña pequeña. Cualquier día serán verdad y no le haremos ni caso, como el cuento.

Hace poco se me quejaba de dolores en las piernas.

Le hice un trato: le cambiaba un sólo oído suyo por yo tener esos dolores a sus 86 años.

- Ay, si pudiera darte un oído te lo daría ! Pero yo reso (porque el "deje" andaluz ahí sigue) para que tú oigas algún día.

Me acordé de uno de mis posts favoritos (el 240) y me vino a la cabeza qué será de mi audición cuando tenga 86 años, porque pienso llegar a ellos.

¿ Qué será de mi audición cuando sea mayor ?

¿ Qué será de mi comunicación en mis viajes con el Imserso ?

¿ Qué será de los implantes en el 2050 ?

¿ Qué será de la tecnología aplicada a las minusvalías ?

¿ Qué será de los oídos biónicos ?

¿ Qué será de las células madre ?

¿ Que será de esta larga espera que nos espera y desespera ?

¿ Qué será, será ?




PS: Uadeber uilbí, uilbí
PS2: Qué será, qué será, que será... la mujer del quesero, queserá.
PS3: ¿ Habrán terminado la Sagrada Familia ?




jueves, 12 de agosto de 2010

Día 577. Avanzando

Entre las tropecientas cosas que reaparecieron el pasado viernes, con el zafarancho de limpieza, se encontraba una Game Boy que compramos a Abel hace casi 20 años.

Sorprendentemente le pusimos pilas y funcionó.

Al mismo tiempo que iba arrancando, se ponía en marcha la máquina del tiempo en mi cabeza.

Recordaba cómo le ayudaba a pasar las pantallas (más bien le secuestraba el cacharro) a un pequeñajo Abel, y la alegría que nos dio ver el final feliz de la princesa de SuperMario o descubrir que lo del Columbia al final del tetris no era una leyenda urbana.

Eran otros tiempos que me vienen a la memoria, ayudado por un álbum de fotos de esos años, que también apareció el otro día ordenando estanterías. Tiempos de disfrutar del enano, día a día, sabiendo que su crecimiento era inevitable, por suerte o desgracia.

Muchos años después aparecieron los amigos, para estirar del cordón umbilical a ver lo que daba de sí. Por fortuna nunca consiguieron romperlo y puedo seguir con la terapia tranquilizadora de abrir cada mañana la puerta de su habitación y verlo ahí casi siempre.

No es el ingeniero, médico o abogado que quisimos que fuese. Es él mismo. Sin darnos más problemas que los típicos de su edad, sin grandes disgustos aunque su madre sufra en los pequeños también. Por la tirantez del cordón, claro.

Es una buena persona, y de eso se trataba.
Amigo de sus amigos y compañero de sus compañeros.

Desde ayer tiene un año más. Nos invitó a cenar.
Nos bastó un frankfurt, porque lo que vale es la intención, no el tamaño del plato.
Pagó él, por primera vez. No por racanería, sino porque su madre nunca ha dejado que pagara el niño.

Porque siempre será su niño.

Felices veintipico, enano.



jueves, 15 de julio de 2010

Día 549. Álvaro

Una de las historias más bonitas y emotivas del mundial es la de Álvaro.

Hace poco tiempo, Álvaro le dijo a su padre si podía entrar al vestuario del equipo que entrenaba para saludar a sus ídolos, sobre todo a Xavi, del que acostumbra a llevar la camiseta.

Vicente le dijo que no podía ser. Él nunca quiere molestar.

"Papá, ¿y si ganan el Mundial, me dejarás subir en el autocar por Madrid con ellos?"

"Sí, claro", contestó Vicente, con la boca pequeña, sabiendo que era difícil que eso ocurriera y que lo más fácil es que no tuviera que pedir favores.

Mira por donde, tuvo que hacerlo. Y encantado.

Álvaro es prácticamente uno más del equipo humano de Vicente Del Bosque y los jugadores lo tratan como tal.

Nació con ese síndrome que te hace diferente de por vida, y que obliga a los padres a luchar porque le traten como una persona "normal", sin desagradables prefijos.

El lunes cumplió su sueño. Lo pude ver en el autocar, en el escenario e incluso junto a Zapatero levantando él solito la copa ante los aplausos de sus compañeros de equipo.


Su cara reflejaba la más grande de las ilusiones, disfrutando cada minuto ante la atenta mirada de su padre. Como siempre.

Álvaro es víctima de un cromosoma.
Un puto cromosoma.
Me suena.

Lo que no le impide ser feliz y hacer vida normal.
De eso se encarga su familia.
También me suena.

Vicente, para mí, ha dejado de ser el "Señor Potato", para dejarlo sólo en "Señor".

Descubrí la historia leyendo el "20 minutos" y la carta de Pilar Crespo, que me emocionó:

¡Álvaro! Qué alegría me ha dado verte en el bus de los campeones del Mundial de fútbol. Tu presencia entre los futbolistas me ha emocionado. Tu sencillez, tu simpatía.... De hecho yo no sabía que existías. Ahora comprendo todo. Al observar a Vicente del Bosque, tu padre, en cada partido pensaba: ¿qué tiene este hombre tan sereno, profundo, inteligente, intuitivo, alegre aunque no de carcajada, que sabe tratar y querer de esa manera a sus jugadores, que lleva la derrota y la gloria con esa serenidad? Ahora lo comprendo, te tiene a ti.

Pues sí.


martes, 18 de mayo de 2010

Día 491. Jotaeme

Leía esta mañana un curioso artículo en El País donde se hablaba de lo perjudicial de la reunionitis en las empresas.

Viene a comentar lo improductivas que son muchas reuniones, que se pueden solucionar con el cruce de 3 emails, y no convocando a los implicados físicamente.

Yo era asiduo a estas reuniones, cuando pintaba algo en la agencia. No porque me gustaran, sino porque formaban parte de mi rol.

En el despacho nuevo hay 4 salas de reuniones. Desde que estamos aquí no he asistido a ninguna reunión. Ni las echo de menos, tampoco.

En principio no tiene que ver con mi poca audición, sino porque la mayoría de órdenes de trabajo me llegan por emilio o por reunión express junto a mi sitio.

Hoy me estrené.

Asistí a una reunión. Pero no de trabajo.

Nuestro compañero Jotaeme cumplía años, de los cuales ha pasado media vida entre la calle Aragó y la nueva ofi. Y ha traido pastitas. Y ha soplado velitas, porque "x0" años no se cumplen cada día (si no es el de la marmota).

Cuando aterricé poráki (porálli), hace casi 10 años, él ocupaba una mesa especial. Y lo sigue haciendo. La única que no tenía ordenador (ahora sí, pero no lo necesita).

Su trabajo es hacer las maquetas simuladas de lo que luego será el producto final. Y las clava. Un manitas, vaya.

Casi nadie se acuerda de su nombre, es simplemente Jotaeme, un hombre de carácter y gran corazón.

He compartido con él momentos buenos, malos y muy malos. Le he visto reír a menudo y llorar más de una vez. Por suerte abundan más las primeras porque, como decimos aquí, es de la broma.

Le he visto ser abuelo. Dos veces. Y babear por ello. Y cabrearse conmigo por decirle abuelo (es un presumido de cjns).

En la agencia tengo compañeros que ni conozco, otros a los que aprecio, otros a los que admiro, otras a las que remiro, y muy pocos a los que quiero.

Y tú eres uno de ellos.
Que cumplas muchos más, Jotaeme.

domingo, 2 de mayo de 2010

Día 475. Antonia

Llegó a Cataluña hace casi medio siglo, cuando se escribía con eñe, del brazo de su marido, Pepe, con la recién nacida MariTere en el carrito.

Dejaban atrás su Córdoba del alma para dar una mejor vida a la pequeña y al que venía de camino.

Parió a Pepito poco después cerquita del Camp Nou, el primer catalán del árbol genealógico.

Fueron años difíciles que superaron con trabajo y cariño, ayudándose entre toda la familia que había dejado Córdoba medio vacía de Lozanos.

Con los peques empezando la EGB montaron un pequeño negocio, un bar donde Antonia desarrollaba todos sus talentos haciendo comidas caseras, y tapas de las de siempre, sobre todo sus caracoles al estilo andaluz.

Se enfrentaban dos veces cada día a varios kilómetros de carretera. Diez años de espera, sin móviles para avisar de los retrasos, mientras los peques se angustiaban esperando muchas noches bajo los cuidados de la abuela, viendo televisión española. No había otra.

La enfermedad de su marido le pilló con Pepito haciéndose Pepe, y con la Mari Tere, Tere. Tardó varios años en apagarse como una vela, entre toses y esputos, entre ambulancias y hospitales, mientras había que hacer de tripas corazón y seguir al pie del negocio, único sustento.

Siempre con el recuerdo de Pepe en mente, llegó el momento de su prejubilación y de que los hijos hicieran vida propia y se emanciparan.

En compañía de su suegra, con las broncas y risas de la convivencia, recibía muchos mediodías las visitas de Pepe y Tere, a los que llenaba la mesa de comida, porque le apasionaba la cocina.

La Neurofibromatosis apareció para poner las cosas difíciles. En unos años pasó de llevar la casa a no poder mantenerse sola, gracias al bisturí de un discreto neurocirujano.

Sorda, medio inválida y casi ciega vive en una residencia con la única motivación de las visitas de sus hijos.

Hoy no ha tenido visitas.

* * *


El viernes pasado, como todos los viernes, la sacamos de la residencia para pasar un rato con ella mientras comemos.

Le dimos un regalito del día de la Madre. Ni se acordaba.

Para ella el mejor regalo es reírse, a pesar de todo, con sus hijos, y de esa medicina, no le falta.

Hoy, día de la Madre, no la hemos ido a ver.

Porque no creo en el día de la Madre del Corte Inglés.

Porque sólo un día al año, es poco regalo.



lunes, 1 de febrero de 2010

Día 385. Un año, dos años

Haber pasado la frontera del día 365 supone repetir días señalados.

El de hoy es especial, es nuestro segundo aniversario de bodas.

Hace 365 días escribí un breve texto de pocas líneas, porque al principio los post eran así.

Entre aquel post y éste hay una diferencia. Una gran diferencia.

Por aquel entonces yo era un sordo novato con dos semanas de implante. Todo este mundo era nuevo para mí. Y también, como no, para Lucía.

Ya ha pasado un año, un duro año, aunque por las sordisas no lo parezca.

No es fácil para alguien que ha estado oyendo 44 años aterrizar en este planeta. Y por supuesto tampoco para la pareja a la que he escuchado casi media vida.

Ahora la dependencia de ella es mayor, y ha sido en muchas ocasiones el oído que ya no tengo.

Este año ha sido otro nuevo bache en nuestra convivencia que hemos superado con buena nota. Porque la convivencia no es fácil, pero con dificultades, mucho menos.

Y aquí estamos. Los dos. Cada día. Todavía.

Porque creo que el gran secreto de una convivencia es aceptar al otro como es, con sus defectos y sus virtudes. Sin reproches.

Y Lucía ha aprendido a aceptar a su nuevo Jose, un poquillo más defectuoso.

Ya no me puede cambiar, se acabó la garantía, y perdió el ticket de compra.

Y ahí sigue.

Gracias, nena.

TQMD



domingo, 25 de octubre de 2009

Día 286. Gracias

Anoche teníamos cena.
Quedamos con Jordi y su esposa (que es un encanto) que nos llevaron al Kauai de Castefa.
Fuimos en mi coche, con Vicenç y esposas. De noche. Con dos cojines (la verdad es que a pesar de la prohibición que tengo de conducir de noche, no tengo ningún problema en hacerlo, toco madera)
El Kauai tiene pinta de merendero pero sirven unas tapas exquisitas y muy originales, tanto en la forma como en el fondo.
Así pudimos degustar las “olas de jamón”, seis montoncitos de jabugo como si fueran seis lazos, servidos en un rectángulo de pizarra que hace la vez de plato, un invento curioso pero una putada para el camarero a la hora de retirarlos, que no tiene por donde cogerlos ya que es plano (plana?) totalmente.
También las alcachofas laminadas, servidas en minisartenes de 10 o 12 centímetros de diámetro (deben usarse pa regañinas pequeñas).
También los trigueros en tempura (y en pizarra) y una deliciosa minipaella en sartén un poco más grande (con pinta ya de hacer daño).
Después de la cena pasamos a un chillout que tienen al lado a hacer unos mojitos a la luz de las estrellas, pese al fresquito.
Yo café, que conducía.

La velada estuvo perfecta, tanto en cuanto a la comida como a la compañía.
Jordi, además de una buena persona y un buen amigo, es un conversador estupendo.
Yo hacía lo que podía con el orejo. A techo cubierto (con más ruido de fondo) me perdía bastante, pero todos me repetían las veces que hiciera falta, que fueron menos en el chillout (cuando no subían mucho la música).

Jordi se esfuerza en que yo lo entienda, y eso se lo tengo que agradecer.

Pero sobretodo tengo que dar las gracias a mi amigo Vicenç.

Siempre acostumbra a sentarse enfrente mío en las cenas (este finde ha hecho horas extras) a regañadientes (en broma). Cuando alguien me habla y no lo entiendo, le miro a él, y se que me lo repetirá con paciencia, hasta que yo lo entienda, sin un mal gesto nunca.
Es mi traductor personal.

Además tiene la habilidad de saber si estoy perdido y “darme el hilo” que necesito para seguir conectado a los demás.

Y pa rematar, cuando andamos por la calle y ve que se me va el equilibrio, no duda en arrimar el hombro, literalmente hablando.

Así que hoy, el primer premio en la categoría de “ayudas a la accesibilidad”, se lo lleva Vicenç

Plas, plas, plas (aplausos de fondo, todos en pie)

miércoles, 14 de octubre de 2009

Día 275. Cañas y redes

Comenté en otro post que de pequeño nos llevaban casi todos los domingos a pescar.
Mientras mi padre vigilaba las cañas, nosotros jugábamos en la playa, a escasos metros del espigón.
Lo de pescar era una obsesión y fuéramos donde fuéramos siempre buscábamos una playa o un río para tirar los anzuelos.
Con los años a mi me llegó a aburrir. Pescaba, pero casi nunca me divertía, a no ser que encontrara algún lugar entre las rocas donde picaran mucho.
Casi siempre soltaba los peces al acabar, y me entretenía viendo como volvían a moverse.

Cuando Abel era pequeño cogíamos los dos la bicicleta y hacíamos diez kilómetros de ida y otros tantos de vuelta desde casa hasta la barceloneta.
A él le gustaba mucho. Yo me pasaba más rato arreglándole la caña que intentando pescar.


Recuerdo una tarde que llevé a mi madre y a Abel a pescar al rompeolas. Lo pasé fatal. Y no porque no me gustara, sino porque vigilaba que ninguno de los dos se me cayera al agua entre las rocas del espigón.

Siendo Abel mayor, cada vez que íbamos de vacaciones, él sólo quería pescar, y su madre playa, o sea que yo me pasaba el rato de la toalla a las rocas, pa tenerlos contentos. Recuerdo unas vacaciones en Madeira (de donde es Pinocho) con el niño triunfando en el espigón, porque encima, el muy kaaab… tenía suerte.

Pasó el tiempo. Abel creció y cambió la caña de pescar por tirar la caña a las chicas. Y yo no volví a pescar. Y mira por donde, basta no hacer algo que no te gustaba, para que lo eches de menos. Tonterías del ser humano.

De momento lo que he hecho es cambiar la caña por la red (estoy hablando en pepéfora, que por si no te acuerdas de posts atrás, es un idioma). Y no me va mal, porque parece que engancho a muchos PeCes (y algún mac).

Eso sí, a la vista de los comentakas que tengo, lo mío es la pesca de bonitos (pepepiropo).

jueves, 20 de agosto de 2009

Día 220. Emepareamiento

Lo que pasa cuando nos juntamos dos comentakas (o sea, dos emepesieteros, aunque todos los que conozco son comentakas) es digno de un reportaje de National Geographic.

Haciendo una pepéfora, es como cuando conectamos dos móviles por blutú y se parean (sin cariño), o sea, hay una conexión y empiezan a transmitir datos.

Me ha pasado en todas las kedas que he tenido y hoy no iba a ser menos.

Llevo unos días, quizá desde antes del viaje, que creo que entiendo menos (que no es lo mismo que ser poco gay, por los malpesaos, que haberlos siempre haylos), con lo que emeparearme hoy me ha sentado de pm.

Había quedado con nuestro querido comentaka JL, que estaba con su "peque" Alberto porque se acercaron ayer a Barcelona para ver el Trofeo Gamper, del Barça (que perdió, pobre Alberto, que disgustazo con lo bien que se lo estaba pasando).

La queda ha sido rápida y tempranera (demasiado para Alberto, pubret), pero suficiente. Al encontrarnos en el jol del hotel (aunque estaba a la jombra, este es malo) parecía que nos conocíamos de toda la vida, otra de las características de estos encuentros.

La primera frase que me ha soltao JL ha sido un "Alberto te ha reconocido mientras llegabas", que no he entendido, por lo que he contestao con un "perdona, es que llevo días que no oigo.

Parece que los blutús-propius no se habían emepareao porque a partir de aquí nos hemos entendido de maravilla, con la ,también, incontinencia verbal típica de los que tenemos ganas de encontrar a alguien que nos entienda.

Es algo así como pasarte tres meses en China y encontrarte alguien que hable español.

¿Los temas? Da igual, pero te aseguro que los que menos te esperas. Creo que hemos hablado poquísimo del blog y muchísimo de... los hijos !. Fíjate.

Total improviseichon, que se diría en inglés (por si no sabes idiomas).

Cuando nos hemos dao cuenta llevábamos casi dos horas, cosa que delataba Alberto con su carita de cansao (que no aburrido).

Al final nos hemos divertido perdiéndonos los tres en el inmenso y laberíntico parking donde teniamos los coches y con un abrazo hemos quedao pal sábado, que nos volveremos a ver para hacer un emepareamiento múltiple, pero sin guarradas (en principio).

Eso sí, habrá una diferencia muy grande entre la keda del sábado y la de hoy: hoy hemos bebido Cacaolat.

Foto: Alberto

sábado, 6 de junio de 2009

Día 145. Jordi, el del Caliu

Anoche cenamos en "El Caliu" de Jordi. Creo que uno de los éxitos de este restaurante es el carisma de Jordi con la gente. Al principio me chocaba que siempre te recibiera y te despidiera con besos (a las féminas) y abrazos (a los mozos con confianza).
Ahora lo veo normal e incluso gracioso cuando no lo hace, porque hacemos el comentario de "¿qué? ¿la primera vez que vienen?.

La filosofía del restaurante es bien sencilla y exitosa:
- Carta corta, pero de calidad (las mejores carnes de Barcelona, no busques pescado, ni pasta, ni pizzas, ni nada de eso). A nosotros nos encanta el "picantó" (pollo pequeño con pimienta) y las "galtes" (carrileras). Todo a la brasa.
- Un sólo turno (nunca verás cola, pero siempre lo verás lleno)
- Conversación agradable.

De Jordi admiro sus conversaciones. Tiene esa capacidad innata en mucha gente de hacerte sentir a gusto. Un verdadero relaciones públicas. Con nosotros se engancha a menudo en largas charlas, sobre todo con Lucía, que también es de hablar.

Cuando hay estas charlas grupales, desde que soy emepesietero me limito a intentar escuchar con estas observaciones:
- En que idioma? Jordi con Vicente habla en catalán, pero si se dirige a todos, en castellano, con lo cual es lo primero que tengo que adivinar.
- El tema. Normalmente me pierdo en la conversación hasta que alguna palabra me da una pista de qué hablan. Ayer un "piscis" me dio a entender que hablaban de horóscopos.
- Ruido de fondo. Si hay gente es difícil que entienda porque hay mucho ruido de fondo. A medida que se va vaciando el local, escucho mejor.

Ah, que no se me olvide, por si todavía no te había convencido: el all-i-oli, hecho a mano... bestial !!!, eso si, si tienes compromiso social después, cuidadín con eructar, que por mucho que lo disimules, se nota, eh?

lunes, 11 de mayo de 2009

Día 119. Kimbá

Miqueló es un todo un personaje. Lo conocí no hace mucho en plena temporada de esquí. Compartimos, mejor dicho compartíamos, una tara común, la sordera de un oído. Él, del derecho y yo, del izquierdo. Con lo que en los repartos de silla casi siempre coincidimos uno frente al otro.

Le gusta vivir la vida a tope con sus familiares y amigos, y juntarlos si hace falta.
Lo del sábado fue una de sus movidas en la casa de Torredembarra donde nos juntamos una veintena alrededor de la mesa, entre cervezas, jajases, caracoles y bacalaos, preparados por nuestro megachef particular, su buen amigo Serra, otro crack. Juntos hacen una pareja más explosiva que la delantera del Barça. La velada fue amenizada por los chistes de mi hermana y de un amigo, a lo "no te rías que es peor". Yo no me enteré de casi ninguno, pero por suerte el repertorio de mi hermana lo conozco bastante.

Miqueló a menudo suelta un "la maaare que em va parí" entre risas, con lo que se ha ganado a pulso que le llamemos "kimbá parí". El año pasado le hice un logotipo y una web para guardar algunas vivencias comunes (www.kimbapari.com) y él nos ha hecho con mucha ilusión unas camisetas. "Kimbá" es así.

Pero de vez en cuando las risas se apagan. Tiene el síndrome de Menière. Una enfermedad que ataca al oído interno, hinchando el laberinto y produciendo unos vértigos que le clavan a la cama durante días. Una putada, vaya, como todos los síndromes. ¿La solución? Hay varias, entre ellas operar y rezar. Me da en la nariz que no va a hacer ninguna de las dos. Porque, como pasa con todas las enfermedades raras (y de eso controlo) no hay recursos para investigarlas. Que no salen a cuenta, ¡qué cojines!.

A pesar de ello disfruta y exprime la vida como un veinteañero y en plena temporada se escapa como un colegial a sus montañas, a hacer el yeti. Petikipeti.

Miqueló: la otra noche te prometí una entrada en el blog entre mojitos y aquí la tienes. Como Sabina con los que le atracaron, pero con más cariño. Ahora sólo falta que alguien sepa del tema y deje un comentario, a ver si hay novedades con el tema de las celulas madre (que em va parí).

Dicen que Van Gogh sufría esa enfermedad.
Y es que los genios sois la osssstia.
Kimbá pariiiiií

miércoles, 25 de febrero de 2009

Día 43. Día del mp7

Hoy es el día del implante coclear. Se ha celebrado por primera vez y la repercusión ha sido más bien escasa, por no decir nula. A ver el año que viene.
- Y qué le hash regalao? Unash pilash nuevash?
- Pos sí, están apuntito de gastarse !
Estas dos lineas forman parte de una de las muchas "mensaconversaciones" que tenemos mi hermana la payasa y yo a través de Blackberrys. No, no, no me paso. Mi hermana es una payasa. Y bien que se lo agradezco. Ella se encarga de hacerme reír hablando como un payaso (he colgado el vídeo de Muchachada Nui de los payasos aquí, espero que se oiga bien). De hecho se encarga de hacer reír a medio barrio. Y a toda la família. Ella es así. Y todo el mundo lo agradece y busca a "la Tere" para las fiestas. Saben que siempre se inventa algo espectacular. Imaginación no le falta (es cosa de familia, modestia aparte). Lo mismo se disfraza de chacha, que se inventa un concurso. Aunque esté jodida, siempre tiene una sonrisa para levantarnos el ánimo. Por eso todos la quieren. La queremos.
Bona nit, tata, "timumolt".
PS: Felicitats, Guille !, mira que cumplir años el día del mp7 !!