Día 707. Él, un vago

Me levanté sabiendo que empezaba una semana especial, con la "felicidad" de un sábado navideño, con 16 comensales invadiendo mi casa y la felicidad de un miércoles glorioso de abandono del silencio.

Fui a la cocina dispuesto a hacerme el desayuno, no sin antes recoger los cacharros del escurreplatos.

Y de repente, cuando me disponía a guardar una fiambrera en el cajón de abajo... CATACRACK !

Oí noté un crujido en la parte baja de la espalda, muy cerca de donde pierde su nombre.

Y así me quedé, curvado como el "pozí", sin tener cjns de ponerme derecho.

No recuerdo haber tenido nunca una crisis de lumbalgia así.

Me he tomado un ibuprofeno. Nada.

Lucía me ha dado un masaje con Federgel (sin final feliz). Nada.

He estado todo el día con una almohada eléctrica aplicando calor en la zona cero. Nada.

Cualquier movimiento por intentar ponerme recto me supone una tortura.

Tardo unos 3 minutos en conseguir una postura más o menos decente, para no parecer un viejuno de asilo.

Pero ni este lumbago, ni nada impedirá quitarme la ilusión por lo que se acerca, muy prontito.

Eso sí, hoy estoy hecho una mierrrrrr.

O sea que, en vez de baja, estoy de rebaja.

Un saldo, vaya.