Día 555. Chi

Una de las cosas que trabajé antes de la operación fue mi estado de salud mental.

Y dirás: ¿Tan mal estabas?
Y diré: No, pero podía estar mejor

La predisposición, el ánimo, el espíritu positivo, el contagiar confianza a familiares y médicos es algo que no se puede olvidar como preoperatorio.

El miedo, los nervios, la negatividad, la falta de confianza y los uyuyuis son el peor enemigo del bisturí.

Yo lo trabajé con una técnica de relajación muy sencilla, que llevo haciendo desde hace unos años y que ya expliqué en el post 246, pero que voy a volver a hacerlo.

Antes de quedarme con este método probé otras formas de canalizar la energía o chi, como el chikung, el reiki (ki=chi), la autosugestión y la bioenergía.

En todos me sobraban nombres propios y me faltaban cosas con lo cual decidí hacer un remix, que pasé a llamar decubitación (por hacerlo en posición de decúbito supino).

La base del método es la relajación. Sólo esta fase ya es muy positiva para nuestra salud.

Y dirás: Cuenca, cuenca
Y diré: peraaaaaaa, ansiaaaas

- Se puede hacer tumbado en la cama, en una colchoneta o incluso de pie (como se hace en el chikung). Yo aconsejo la primera, si no te vas a quedar dormido o la segunda si eres propenso a la ronquera. La tercera necesita de experiencia en el tema.

- Es importante que nadie te moleste, que no hayan ruidos, que tu pareja no te tire la pierna por encima (o te pida cachondeo) y que no haya mucha luz. Siempre queda la opción de hacerlo en una habitación apartada con la puerta cerrada.

- Te tumbas boca arriba con las manos (palma abajo) sobre la cama y permaneces en esta posición sin moverte (ni rascarte, has de aprender a dominar los picores si eres nervioso). Has de intentar tener la mente en blanco, y si no te sale, puedes ayudarte con música suave como ésta.

- Has de aprender a relajar todos los músculos de tu cuerpo, como si cada uno pesara 200 kilos. Para no dejarte ninguno puedes establecer un orden, desde los pies a la cabeza. Los de la cara son los más difíciles, ten en cuenta que incluso en sueños no los tienes del todo relajados.



- La respiración has de intentar que cada vez sea más lenta. Yo sólo uso la nariz, otros dicen que es importante usar la boca también.

- Cuando lleves un rato (en mi caso dos o tres minutos, depende del entrenamiento) no sabrás si tienes las manos boca arriba o boca abajo, como si se te hubieran dormido. Es la señal de que has entrado en un estado de conciencia alterada.

- En este estado tienes superpoderes.

Y dirás: hoy también le has dao a las cañas?
Y diré: tú hazme caso

Este estado, del que podrás encontrar mucha información en el gúgel, yo lo aprovecho para la autosugestión. Si vas a operarte, puedes preparar el terreno con un poco de imaginación.

Por ejemplo, para Aida: Puedes pensar que tu nervio es una barra oxidada de hierro que la lijas con mimo, para quitarle todo el óxido, y que la pintas para que esté reluciente.

Para futuros cocleados: Podéis pensar que la coclea es un túnel con forma de caracol y que estáis limpiándolo por dentro, manguera en mano.

Con esto que os puede parecer una tontería, estáis movilizando vuestro chi, vuestra energía.

La proyección que hagas puede ser para ti o para un familiar, mientras más chi se mueva, mejor. No hace falta que sea a la vez (vaya fiestón familiar, pues), el chi no entiende de tiempo ni de distancia, puedes ayudar a una persona que esté en Canadá.

Y dirás: se ha vuelto loco !!!!
Y diré: con todo mi respeto, meterse en una iglesia a rezar a un santo, para mi es otra forma (igual de válida) de mover energía. La fe mueve montañas. Llámalo fe, llámalo chi.

Eso chi, has de hacerlo cada noche sin excusas, no sirve lo de "no tengo tiempo".

Lo has entendido todo, a que chi?

Vas a decubitar esta noche, chi?

Has entendido como mover el chi, chi?

(importante no saltarse la última coma porque hablaríamos de otro tema)