Día 652. Tinitunning

Estaba a punto de escribir otra cosa en esta entrada, cuando me he dado cuenta que el ovni se había pirado.

Llamo así al ruido casi permanente en el oído derecho.

Mientras que el del oído izquierdo es un PIIIIIII (un tinitus o pitido en toda menstruación, pa no decir regla) parecido al de la antigua carta de ajuste (que los viejunos recordarán, era insoportable), el de la derecha es como si pusieras el orejo (los que tengan) junto al motor de la nevera. Para entendernos.

Otra de las diferencias es que el ovni depende mucho de mi estado de estrés, y normalmente lo puedo controlar si tengo posibilidad de decubitar (si no sabes lo que es, usa el Coocle, con C. Si no sabes lo que es el Coocle con C, vamos mal).

También si soy capaz de darme cuenta de que mi cabeza va a toda máquina y vuelvo a este mundo, o lo que es lo mismo, si abandono el Run Run.

Me está pasando últimamente que de repente, involuntariamente, dejo de oírlo, me abandona el ovni. Y como nunca me acuerdo de contarlo y ha pasado al empezar a escribir, he dejado la idea anterior que llevaba en la cabeza (con Run Run incluido).

Es una sensación muy parecida a cuando tese taponan los oídos (a los que tengáis, insisto. El resto los tenemos tapados... pero con cemento) y en un trago de saliva se despejan. Una especie de orgasmo orejil.

A mí me pasa por la cabeza (esporádicamente) que he vuelto a recuperar la audición (dime iluso), hasta que alguien habla y me baja del limbo.

Pero los soniditos suenan más puros, al no estar tinituneados por el ovni.

A ver lo que me dura, pero ahora mismo, qué agustitostoyyyyyy.