Día 651. El sonrisador

Nuestro comentaka Jordi BCN comentó anoche que la web www.salvamania.com, un proyecto que parí hace años y del que ya no soy dueño, rezaba "nos encanta regalar sonrisas".

No había caído, como apunta Jordi, que, en efecto, lo mío de las sonrisas viene de largo, y lo transformo aquí en "sordisas", además de la costumbre al llegar al trabajo de enviar el "buenos días con sonrisa".

Es verdad, me encantan las sonrisas, yo diría que más que las risas y las carcajadas.

También anoche miraba unas fotos del feisbú de un buen amigo y seguidor, Iñaki (del que también fui su CEO, por cierto).

Eran fotos de él cuando era jovencito, y me hizo gracia ver que en todas luce una sonrisa contagiosa. Tanto que al cabo de un rato me di cuenta de que yo mismo lucía (mi esposa) una sonrisa tonta (no vayáis a pensar mal, aunque marisconeara la otra noche).

Cuantas veces se nos queda esa sonrisa tonta sin darnos cuenta, y cómo molan esos momentazos.

A alguno/a, en el metro, se le puede deducir una noche de éxito tras esa sonrisa.

A mí me pasa, por ejemplo, al ver cachorritos pelearse entre ellos en las tiendas de mascota (aunque me jd que estén encerrados, también).

Me pasa también, por ejemplo, al ver a mi sobrino (auténtico) Noel haciendo tonterías, algo que no puede dejar de hacer (y yo se lo agradezco).

Y me pasa siempre que veo a mi nuevo sobrinito, Oriol (bueno, es nieto de Vicenç, pero como si fuéramos familia).

¿A que está pa comérselo?
¿A que estás sonriendo?

PS: Eso cuando no llora, en cuyo caso, te parte el alma.