Día 645. Josés

Cuando recibí el email de José tuve que parar mi cabeza como el que estira de una palanca de freno de mano.

José es el papá de una criatura de 8 meses con hipoacusia.

Él y su pareja han aterrizado a base de hostias en este mundillo que no han elegido.

En su contrato de padres la letra pequeña les traicionó.

Al pequeño José le buscan un síndrome con nombre propio que explique lo que le pasa. Mientras tanto ellos viven alrededor de él.

José, el papá, llegó a este blog de "casualidad", como muchos llegáis, yo incluido.

Rápidamente le puse en contacto con Pedro, nuestro especialista en "peques". Y lo ha bordao.

José tiene ahora mismo en la bandeja de entrada de su email, un montón de información, gracias a la experiencia de Pedro, que le va a orientar a encaminar bien su problema.

Y aquí un montón de amigos dispuestos a ayudarle, la puerta está abierta.

No creo en esas "casualidades", sino en que todo pasa por algo. No creo que yo sea informático "por casualidad".

Estuve a punto de ser biólogo, o electrónico. El destino quiso que fuera informático, y que hiciera este blog.

Ya han habido varios casos aquí como el de José, de personas con problemas, angustiadas y desubicadas. Y todos hemos arrimado el hombro, porque a eso no nos gana nadie.

Internet nos ha ayudado a muchos. Y de eso se trata, de ayudar.

Una vez me explicaron que cuando venimos al mundo lo hacemos para ayudarnos, y así lo creo.

Cierto es que el 99% se despistan por el camino.

Me gustaria que José, sin prisa, expusiera su caso en el blog de Pedro y/o aquí. Lo mismo que le pasa a él, le puede pasar a otra persona, y esto ha de ser una cadena de favores.

Por eso no se qué decir cuando alguien me da las gracias, porque es recíproco.

Sí, puede que sea un buen entrenador, pero es que tengo el mejor equipo.

Gracias.