Día 588. Con fortaleza

Sucedióme ayer.

Nos fuimos a BadaBeach, a las 12 de la mañana, muy en contra de mi voluntad.
¿Por qué? Sencillamente porque en esa playa nunca hay aparcamiento, no hay sitio para poner la toalla y como el agua está asquerosa, no me baño y me agobio de calor.

Pareció que San Lorenzo definitivamente se puso de mi parte. Aparcamos casi en la arena, pusimos la toalla casi en el agua, que estaba cristalina, y encima corría una brisita muy agradable. Poker.

Así que paséme tres horitas con la única misión de levantarme de la toalla, dar tres pasos, remojarme, leer un poco y volver a empezar el bucle.

El libro que me ha acompañado en las vacaciones ha sido "La fortaleza digital", el primero de Dan Brown (el de "el código Da Vinci").

Al ser una novela (negra) con mucho tema informático, me ha encantao.
La acción transcurre en la NSA, la agencia gubernamental yanki (que existe de verdad, tuxuru, www.nsa.gov) dedicada a interceptar los emails en clave del mundo mundial para detectar posibles amenazas terroristas y conseguir la paz en el mundo (tan anhelada por las misses).

Naturalmente, por el derecho a la intimidad, se encuentran con la oposición de los que no están de acuerdo con vulnerar la privacidad de los ciudadanos.

Algo así como lo que pasa aquí con las corridas, que unos se quejan y a otros les satisface. Y con las de toros, lo mismoCLOOOOONCvale, por gracioso.

En medio del capítulo con más acción del libro (incendio del superordenador más caro del planeta incluido) sentí un hormigueo por los pies, como si mese mojaran.

Pensé: qué realismo, han llegado los bomberos!

Qué kñ, que había subido la marea !

Nos pilló a los dos en babilonia, entiéndase ésta como, en mi caso, la NSA y en el de mi querida esposa, en brazos de morfeo (espero que no fuera el de matrix).

Superado el húmedo incidente procedí a terminarme la novela, con un final digno de película, parando una "caundaun" en el último segundo con una tensión argumental de cjns.

Le encontré un fallo grave, supongo que por despiste o mala traducción, que en nuestro caso, es realmente curioso. Mesplico.

El sicario, de nombre Hulohot (que más que el de un asesino parece un aro grande pa girar con las caderas) que va matando peña a tutiplén se comunica con los USA mediante un ordenador ultraextrasupermodelno, que lleva en la hebilla del cinturón.

El teclado son unas chapitas metálicas en la yema de sus dedos (uy, casi escribo "de sus huevos" y hubiera quedao mal) y el monitor va incorporado en unas gafas de montura metálica.

¿Y por qué hostias no usa un teléfono?, pensarás.
Y diré: porque es sordo. Anda.

Peeeeeeeeeero, una frase del libro (el original, confiscado a mi sobrino, el mayor) me llamó la atención: "Hulohot oyó el impacto justo debajo de él...". Tuxuru, página 359.

Seguramente si un servidor no fuera sordo, mese hubiera pasado por alto. Curioseando por internet he encontrado otra traducción: "Hulolot sintió el impacto...", que sería más acertada en este caso (o "notó el impacto").

Ya me estaba imaginando a Hulohot, sordo, pero con la ayuda de su superordenata hebillero que traduce lo que oye en cualquier idioma y se lo proyecta en las gafas como una visión subtitulada de la realidá cotidiana.

Qué chulo ! Me lo pido pa reyes.

PS: Y dirás: y la vuelta al cole? Y diré: pa mañana, que mese acumulan las tontás.