Día 402. El macetero

Cogí una maceta y unas semillas.

Puse la tierra y las coloqué una a una con mimo.

Pero no tuve suerte.

Cambié la tierra y tampoco.

Probé a cambiar el agua de riego. Sin éxito.

Cambié la maceta, la tierra y el agua.

Al poco tiempo empezaron a despuntar unos tímidos brotecitos.

La emoción me embargó como a un niño el día de reyes.

Y los brotecitos se hicieron tallo, y los tallos flores

Desde entonces tengo esa maceta, y la muestro orgulloso en mi balcón

Es difícil transmitir lo que siento cuando algún transparente sale del anonimato para poner comentarios en el blog.

Siempre es un momento especial porque no conoces aún a la persona, y no sabes como tratar a alguien que lleva tiempo detrás de los cristales, ni sabes lo que conoce de nosotros, de nuestra jerga especial, de nuestras virtuales costumbres, de nuestras bromas.

Ni si sale forzada por esa cabezonería mía de presionar a los que no comentáis, a veces impertinente, y pido perdón por ello a los que se sientan ofendidos.

Pero a veces vale la pena que alguien se moleste si el resultado es éste, si hay brotes y sobre todo si hay flores.

El mayor éxito de éste tu blog, ha sido cómo hemos visto llegar a los nuevos que se han quedado para disfrute de muchos, pero sobre todo a los nuevos con dudas por implantarse, cosa que volvió a pasar anoche.

Leer como desaparecen sus miedos, cómo se lanzan a pedir el implante, cómo esperan (a veces con desespero) el momento de la operación, cómo ingresan, el quirófano, su “kurantena”, su conexión y su rehabilitación.

Hemos vivido aquí momentos emocionantes, y los nuevos brotes garantizan la continuidad de ellos.

Espero que los que estáis os sintáis tan orgullosos como yo.

¡Que no pare la ilusión!

¡PUXA CUANTOSIENTOSDOS!

Cada día. Todavía.