Día 147. Decisiones

En el trabajo acostumbro a leer casi cada día la contraportada de La Vanguardia.
Esta sección ("la contra") son entrevistas personales, y a menudo encuentro verdaderas historias dignas de admiración.

La de hoy trataba de Paul Potts, vencedor de Britain's got talent '08. Seguramente habrás leído de él, pero es curioso como ha llegado hasta donde está. La entrevista no tiene desperdicio y cuenta cómo pasó de ser un pobre hombre desgraciado y pesimista (y bastante gafe) a vender 4 millones de discos.
Y es que hay decisiones que pueden cambiar tu vida, o la de los demás.
Un instante, un segundo, un cara o cruz, como es este caso, que puede distorsionarlo todo para bien o para mal.

Lo cuenta así:

Es cantante de éxito gracias a la tele.
A una moneda, antes.
¿Una moneda?
Me habían extirpado un tumor junto al riñón y, tras meses de convalecencia, salí a la calle y me atropelló un coche. Llevaba ya un año tirado en el sofá de casa, sin cantar...
Patético panorama...
Estaba hundido. Y por internet vi la página de inscripción de Britain's got talent...
El susodicho concurso de televisión.
Anoté mis señas y al ir a clicar aceptar pensé:
“Será otro fracaso, otra frustración...” Iba a clicar cancelar, pero dejé que una moneda decidiese: cara sería aceptar; cruz sería cancelar. Y salió cara

Alucinante. No se puede hablar de un caso de optimismo glorioso. Simplemente iba a volver a tirar la toalla y en su lugar tiró una moneda. Y cambió su vida (te dejo el resto de la entrevista aquí).

Otro ejemplo, pero esta vez ficticio (creo). No sé si has visto el videoclip de La Oreja de Van Gogh, El último vals (igual lo has visto y no te has fijado, pero para eso estoy yo aquí).
Se describe una situación de decisión instantánea, sin tiempo a pensarlo.
La pantalla está dividida en dos.
Leire (que guapa!) deambula por la calle y en un momento dado se para en un semáforo en la parte de abajo y sigue en la parte de arriba. Esa decisión hace que cambie el final, y su vida.
Qué curioso, cuantas veces nos habrá pasado eso, sin saberlo, claro.
Si clicas en la imagen podrás verlo en Youtube.


Yo conté mi decisión en esta entrada, y cambió mi vida. Pero hoy no toca hablar de mí.

Nuestra amiga Carol decidió en una ocasión que le gustaría que su marido, JL, le escuchara darle las buenas noches. Y se puso a buscar en Google (bendita herramienta, en la que me paso media vida).
De un enlace fue a otro, y a otro y a otro. Hasta encontrar algo que se llamaba Implante Coclear, que parecía que funcionaba.
Y desde entonces, hasta hoy. Un bonito día en el que después de muchos años, consigue oír con una claridad que "en su vida" había tenido.

Amigo Jose Luis, hoy tendrás tu esperado "Buenas Noches".