Pasa la vida. Con buenas o malas noticias, al reloj no hay quien lo pare. Las buenas noticias se acomodan mejor en la cabeza, llamándose recuerdos. Las malas se olvidan en nuestra papelera de reciclaje, y si no, se llaman rencor. Unos se van, y vienen otros. Unos pierden un día y otros lo celebran al siguiente. Y los días siguen pasando ajenos a los acontecimientos. Unos con sol, otros con nubes. Te olvidas que estuviste meses cruzando las obras de la calle por un tablero inestable, y ahora pisas con orgullo la rambla como si siempre hubiera estado así. Y la andarán tus hijos. Y tus nietos. Y los que fueron graciosos pequeños ahora son inseguros adolescentes. Y donde ahora hay granos, mañana habrá arrugas. Y las agujas siguen sumando grados en forma de futuro hacia lo que todavía no existe.
Nunca se puede saber lo que va a ocurrir mañana, salvo que al fin de semana sigue un lunes otra vez.
PS: ¿Qué pasa? ¿Buscabas cachondeito no? ¡Pues hoy me apetecía esto! Pronto volvereeeemos con … más diiiiveeersioooneees
sábado, 7 de marzo de 2009
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