Día 1252. Siempre con condoun.

Y dirás: Pero Pepe, pero Pepeeeeee
Y diré: Pero peraaaa, que texplique

En esta vida que nos ha tocao vivir, en la que les tocó vivir a los de antes, y en la que les tocará a los que hoy sólo son un espermatozoide encerrado en su escroto correspondiente (por decirlo fino) vivimos siempre pendientes de una condoun.

Y dirás: ¿Una?
Y diré: Yes, femenina y singular

Condoun, del inglés "countdown", pepeñizado para que pienses mal (que lo haces) es como su nombre compuesto indica, cuenta patrás.

¿Cuantas condoun has vivido en tu vida? Muchissssmas.

- Cuando quedaban pocos días para que llegaran los Reyes Magos.

- Cuando estabas a punto de hacer tu primera comunión (sí, sí, antes se hacían obligatoriamente por real decreto)

- Cuando llegaban los (putos) exámenes

- Cuando tuviste tu primera cita (y la segunda, y la tercera, y...)

- Cuando se acercaba el día de tu boda (y algunos la segunda, y la tercera, y...)

- Cuando se aproxima el viernes y empiezas el ansiado "uiquen"

- Y, en nuestro caso, cuando llega el día de la operación, primero, y de la activación, después.

Son días en que el gusano del estómago va creciendo al mismo paso del movimiento de las agujas del reloj.

Momentos en los que te agarras a la ilusión, la misma de tus primeros "gusanos", los de los Reyes Magos.

A la esperanza de que todo salga bien, tal como llevas imaginando en el runruneo constante de tu cabecita, que no piensa en otra cosa.

Puede pasar que no salga como habías planificado. Que los juguetes que te traen los reyes sean escasos, que no apruebes el examen por medio punto, o que la mujer/hombre con el/la que te casabas no era todo lo perfecto/a que creías.

O que el mp7 de turno no era lo que esperabas.

Ante esa situación, hay que ser optimista, buscar lo positivo, que seguro que lo hay.

En esta vida, en la de antes, y en la del "encerrao", todo pasa por algo y todas las experiencias tienen su lado bueno, y en él debemos centrarnos.

Que para ser pesimistas, ya tenemos a los economistas. Que rima.

Y a los Mayas. Vaya.

Y a los que están hasta el moño.

Rímalo tú.