Día 1219. Ora pro nobis, ora pro vobis.

Padre del apor herposo, lo que estoy aprendiendo con este Zafón.

Y dirás: Diossss, que pesaico con el librico delosco
Y diré: Chsssst ! A callar ! Gruñón / ñona !

Y hablando de Dior... allá voy. Hoy hablaremos de religión.

Y dirás: Aaaaah, no, eso si que no, yo paso de crucificarme leyendo esto, antes me flagelo 39 veces.
Y diré: Muy agudo / guda.

Sigo chafando el libro a quien no lo haya leído. Siéntolo mucho, soy así de kab.

Resulta que el prota, David Martín, recibe el encargo de hacer un libro de religión.

En el país en que vivimos, es decir esa palabra y santiguarse media Españññia, que no conoce más dioses que Joshua.

Pues no, una religión es esa y muchas más.

Según el encargante encargador que le encarga el libro a David, "Todo es un cuento, una narración, una secuencia de sucesos y personajes que comunican un contenido emocional. Un acto de fe es un acto de aceptación, aceptación de una historia que se nos cuenta. Sólo aceptamos como verdadero aquello que puede ser narrado."

Más razón que un santo (por alusiones, que rima con misco). No quiero insistir (qué coñ, sí quiero) en que la Biblia la encargó el emperador Constantino, en el 313 d.c. y se elaboró mezclando tradiciones ya existentes en varias religiones, junto a los evangelios que ya había, de los que descartaron lo que no interesaba al cliente, en este caso el emperador.

Y a partir de ahí, se leyó y se leyó, en pensamiento, palabra, obra y omisión (mi caso). Y se creyó a pie juntillas, sin cotejar los hechos, cual periodista de Sálvame.

Visto lo visto, esta mala costumbre que tenéis de venir a leer éste tu blog, no deja de ser una religión.

Y no es que yo quiera ir ahora de Dios, porque Dios sólo hay uno y lleva un 10 en la camiseta (blaugrana).

Creer que por tener algunos (cientos) de lectores al día siguiendo (y contagiándose) mis tontás soy el elegido (provincia de Almería), sería menospreciar a gente que lo merece más, por ejemplo, Belén Esteban.

Tontás aparte, entre todos estamos creando aquí algo, y algo bueno, que no sé qué calificativo ni nombre ponerle, pero que va creciendo cual lenteja en maceta.

Sea "la cofradia del sordo emepesietado", "los legionarios de la sordisa" o "los más pepistas que el pepe", aquí estaremos para atender tus plegarias y que confieses tus percances.

Hasta me están empezando a entrar ganas de pasar el cepillo, y no hablo de la escoba.

Si quieres ayudar a esta buena causa, marca con una cruz (por alusiones y su rima) la casilla LOPB de tu declaración de la renta.