Día 755. Efectos colaterales

Lo reconozco, soy un poco Cristopher.

Cuando debería estar disfrutando de mi cuarto día sin sonarme (hoy incluso no llevaba ni un klinex en el bolsillo) voy y me pongo a pensar en el futuro, en los efectos que pueden tener los corticoides en mi organismo.

Soy del pensar que ir contra la voluntad de Dior, no puede ser bueno, que lo que se saca de un lao, se pierde de otro.

Dirás que soy un gafe pensando así, pero no puedo evitarlo, siempre me avanzo a los acontecimientos.

Me viene a la cabeza Sharon Stone en la película catwoman, una peli más que malisssma, en cuyo remake espero ver mi querida Jatagüey hacerla mejor (la de "princesa por sorpresa", por cierto qué sorpresa cuando he visto el enlaceCLOOONCvale)

Y pienso en la Stone cruzando las pierCLOOOOOONC digoooo inyectándose botox y más botox (como en la vida real) y viendo lo qué le pasa cuando no puede ponérselo, que se convierte en lo más parecido a una uva pasa que he conocido, después de la exvicepresidenta De la Vega.

Y es que un familiar cercano a la farmacia (profesionalmente, kicir, no que viva enfrente de una) me ha confirmado el peligro de los corticoides, pero por otro lado leo en internet que los inhalados no tienen efectos colaterales.

Como sea que no voy a estar toda la vida dependiendo de un puto espray, voy a hacer lo posible por disfrutar de mi nueva vida de sequedad nasal mientras pueda.

Porque como dice una frase que siempre me decían cuando abría el bar después de las vacaciones:

Lo bueno, dura poco.