Día 751. En pie de guerra

Me he empeñado en ganar la Batalla del Moco (The Blandiblú War, en inglés) y lo primero que tengo que hacer es no olvidarme tomar la medicación, por vía nasal, como debe ser.

Y digo como debe ser porque nunca he entendido la inteligencia supuesta de los propios medicamentos, el cómo demoños sabe una aspirina que tiene que curar el dolor de cabeza.

Me imagino (porque dinero no, pero imaginación tengo a cascoporro) a las pobres neuronas viendo pasar por la boca a la aspirina camino del estómago y diciéndole: eeeh, aquíiiiii, ¿ande vas?.

Siempre he llegado a la misma conclusión: que por esa regla de tres, para el dolor de muelas tendríamos que ponernos un supositorio.

En fin, sigo, que me lío.

He llegado a la farmacia con dos recetas, un espray nasal (otro, diferente al que ya me pongo) y unas pastillas de Pfizer.

Y dirás (porque tienes la mente sucia). Pepe, ¿ya necesitas las pastillitas azules de Pfizer?

Posnó.

La pastillita de Pfizer es para la hipersensibilidad de la herida del brazo. Que, como he dicho antes, no sé como sabrá que tiene que ir del estómago a la herida. ¿Ya sabrá?

Me han dado el espray, pero las pastillas no, porque acababa de llegar el mensajero repartepastillas (tuxuru) y tenía que colocarlas, incluida la mía. Que volviera a media mañana.

He llegado a la agencia y cual ha sido mi sorpresa al ver que el espray era un inhalador, del tipo que usan los asmáticos por la boca.

Con la perspicacia que me caracteriza, he sacado tres conclusiones:

1) Que me han visto los agujeros de la nariz grandes, y me cabe un inhalador, dime holgado.

2) Que ésta medicación para la nariz, se pone por la boca, bajo la misma teoría de la inteligencia viajera de la medicación.

3) Que la lista de la "farmaciútica", se ha colao

Una nueva visita a la farmacia me confirma la 3. Aprovecho para que me den las pastillitas (ya colocadas) pero no tienen el espray, tengo que ir por la tarde.

Entiendo la importancia de mi presencia humana allá donde voy (modestia aparte), pero ya me estaba cansando de los viajecitos.

En una nueva visita por la tarde, al fin he conseguido hacerme con el puto espray .

En esta farmacia, las farmaciúticas son un encanto (por los cjns). Siempre me han de repetir tres veces el importe, porque las tres veces lo hacen con el mismo volumen y la misma intención. Debe ser que han estudiado en el mismo sitio.

- ¿Cuánto es?
- Diez con cuarenta
- ¿Perdona?
- Diez con cuarenta
- Diez con ?
- Con cuarenta

¿Pues sabes que? Le doy diez con cuarenta y si es más, ya vendrá corriendo detrás.

Es la única manera que las mujeres corran detrás mío.