Día 509. Pacha la vida

Como muchos sábados, hemos ido a comprar al mercado, donde coincidimos con mis cuñados. Sólo dos paradas: fruta y "apaño pa la paella de la Manuela" en la pescadería.

La parada de fruta estaba a tope (¿como estaba la plaza? abarrrrotá), llena de señoras mayorcetas de pelo cardado. Hemos estado esperando hora y media. Creemos que ha habido un complot de las "cardadas" que se han ido pasando el turno.

Esa hora y media ha dado para muchos temas de conversación, de los cuales me he perdido bastante (el maldito RF o ruido de fondo). En un momento dado le he dicho a Lucía que quería probar las ciruelas cerezas. Ha comprado y me ha dado un puñaico.

Les digo (a los tres): "estáis asistiendo a un momento especial de mi vida, a mis 45 años pruebo por primera vez las ciruelas cerezas, no las he probado nunca".

"¿Nunca?" ha dicho Lucía. "¿Nunca?" ha dicho mi cuñao. "¿Nunca?" ha dicho mi cuñada. "¿Nunca?" ha dicho la frutera. "¿Nunca?" ha dicho el frutero. "¿Nunca?" ha dicho una cardada cotilla.

Posnó. Como mucho me he puesto dos pares de ciruelas cerezas a modo de pendientes (¿quién no ha hecho esa tontá?). Pero comerlas, nunca.

Las fresas las probé por primera vez a los 34, por compromiso en una invitación y ahora me encantan. Antes sólo las había probado en chiclé.

De vuelta a casa me dice Lucía: "mientras yo voy a dejar el pescado a mi madre, tú ve a casa a dejar la fruta y nos vemos en el semáforo". Valens.

He ido a casa y no he podido resistirme a lavar un puñaico de ciruelas cerezas para comérmelas mientras esperaba a Lucía (no sin guardarle a ella ,¿eh?), que sabía que se iba a enrollar a darle al palique con su madre. He comprobado que poniendo tres ciruelas cerezas en fila en el mármol de la cocina, no sale premio. Dime ludópata.

Iba a quitarles el rabico pero he comprobado que uno de los secretos de las ciruelas cerezas es comérselas por el rabico, como las fresas. Si le quitas el rabico pierden la gracia... como Rocco.

Mientras esperaba con los "güarnins" puestos en el semáforo se me ha parado a la izquierda un coche con dos rubias en un descapotable. Tuxuru. (¿Qué me está pasando?). Y yo con mis ciruelas cerezas. Me han dicho algo que no he entendido.

Hay tres posibilidades por orden porcentual de menor a mayor:
1) Una proposición indecente. Poco probable, con tendencia a 0
2) Querían ciruelas cerezas. Les iba a dar, diciéndoles que la cogieran del rabico, pero me jugaba tres sartenazos por un malentendido.
3) Me preguntaban si giraba, no han visto mis "güarnins" (los "tremitentes", no pienses mal)
Comprobada la tercera al ponerse verde.

En el siguiente enrojecimiento (del semáforo) un coche tuneado con dos "nengs" y la música tan fuerte que podía seguirla perfectamente. No les he dao ciruelas cerezas porque hubieran dicho algo como "andaaaaa, llaveros de Pachá!!!!"

Acabadas las ciruelas cerezas y sin aparecer Lucía, la llamo, porque seguro que se había liao de charla con su madre (también mi suegra o Manuela).

¿Vienes o que pacha?

Me la ha jugao el inconsciente, quizá pensando en algo así:

PS: Siempre he confundido ciruelas cerezas con cerezas ciruelas, un problema disléxico (otro) que a lo mejor tenía que ver con no haberlas probado. Las cerezas, digo.