Día 330. De vuelta de todo

Ya estamos de vuelta de estas minivacaciones en el otro meridiano.

Hace dos días nos dio mucha alegría cruzar el arco de la autopista que hay en la longitud 0º (ni frío ni calor), porque significaba pasar unos días con nuestros amigos maños y nuestra ya hija adoptiva, Tutxi.

El primer día como dejé por aquí, estuvimos en Zaragoza. El segundo en Pamplona.
Han sido dos días intensos de hablar y sobre todo de escuchar.

Lo más bonito de estas kedas en ver como vamos evolucionando todos y cada vez que nos vemos nos entendemos mejor.

En la primera queda con Tutxi, en Agosto, yo no la entendí, ni ella a mí.
Esta vez nos hemos entendido de maravilla, y eso es algo muy grande, que tenemos que agradecer al mp7 por un lado y a nuestras ganar por oír.

Algunos van más retrasados, otros más adelantados, pero como digo, en cada keda nos vamos igualando.

Y vamos haciendo una pequeña familia.

Hoy al cruzar de nuevo el arco, en sentido contrario tuve la sensación de que volvía con el coche cargado.

Cargado de experiencia, de buenas sensaciones, y, sobre todo, de cariño.