Día 320. La tercera juventud

La neurofibromatosis 2 que padezco es una enfermedad clasificada como rara.

Reciben ese nombre las enfermedades que padecemos menos de un 0,05% de la población, según normativa europea.

No hay que ser matemático para deducir que los recursos destinados a estudiarlas y combatirlas serán poco menos que una mierrrrrr.

Me he pasado 6 años preguntando a mi médico el porqué me seguía creciendo el tumor a un ritmo de 2 milímetros de diámetro al año. La respuesta siempre ha sido la misma: no se sabe.

Como la medicina no me daba una respuesta, busqué en las terapias naturales.
He probado muchas cosas, y en cada resonancia el tumor aparecía como riéndose cada vez más de mi lucha. Pero hasta el último día no he dejado de probar.
“De perdidos, al río”, que decía aquel.

Eso sí, previo pago, claro, que esto de las terapias sanatorias es un gran negocio, donde la mayoría abusan del estado de angustia del paciente / víctima, pero eso es otro tema.

Si miras las etiquetas de cualquier envase que tengas por la cocina, verás, con la ayuda de una buena lupa, un montón de palabras como sacadas de la nave de Star Trek, la mayoría empezando por E: E-471, E-410, E-160.

Son los emulgentes, estabilizantes , colorantes y otras mierrrr que la industria alimenticia, a veces sin control, pone en casi todo lo que nos metemos en la boca.
Eso sin contar los peligrosos restos de pesticidas y otras mandangas de las frutas y verduras.

Lo normal es hacerte de tripas corazón y “pa dentro” porque si te paras a pensarlo es peor.

Me pasa por la cabeza si alguna de esas “E” ha sido la causante del crecimiento tumoral, aunque como decía otro “el daño ya está hecho”.

Hoy en una pescadería del mercado teníamos delante a un anciano de 86 años, que ha entrado en una conversación que llevábamos sobre el Barça-Madrid, tema de moda hoy en las paradas. Dicho personaje tenía una energía fuera de lo normal para esa edad.
Muy cachondo con todos, no he podido seguirlo, aunque él me miraba y me daba conversación como si lo entendiera.
En lugar de carro de la compra llevaba …un carro de albañil, y se paseaba por las paradas con una alegría inusual.

Lo de anciano es una mala clasificación, porque el que se ha sentido anciano he sido yo.
No nos ha dicho el secreto de su vitalidad, ni si en su dieta no había alimentos con E.

Aunque un pequeño secreto si le he descubierto: su sentido del humor.

Si es eso, no voy tan mal.