Día 270. Fórmula V

Me saqué el carné de conducir a los pocos días de cumplir los 18, o sea que llevo 26 años llevando cuatro ruedas.
Mi padre estaba ya un poco malito, y yo tenía que hacerme cargo de muchas cosas, entre otras, del volante.
Al poco tiempo de tener la cartulina rosa, metió a la familia en el coche y me dijo: venga, llévanos a Andorra.
Yo creí que me habían enseñado en el autoescuela a conducir. Rápidamente me di cuenta de que lo que me habían enseñado era a sacarme el carné.
Cada curva era un sufrimiento. Mi padre me decía: "frena al entrar y ve acelerando poco a poco".
Yo frenaba al entrar, pero al ir acelerando se me iba el coche. Y la familia detrás, bien agarradica.
A base de curvas aprendí. Tardé, porque para muchos aprendizajes (y este sobre todo) soy lento de mollera

En estos 26 años no he tenido ningún percance grave, toco madera (toctoc, kuñu, que poco pelo me queda).
Y tengo que confirmarlo, soy todo lo contrario al anuncio de BMW: No me gusta conducir.
No tengo vocación de piloto como el papá de Olivia tenía, la velocidad más bien me ha dado un poco de vértigo siempre, ahora más.
La carretera me aburre, y por desgracia cada día pierdo unas horas de mi "herposa" vida cambiando las marchas.
Ya me hago cruces con las 3 horas que tengo que pasar mañana viendo rayas pasar (rollo Maradona). Me pondré los 3 cedeses de música española, e iré adivinando cancioncicas. Pa no aburrirme.

Desde que me operaron, mucha gente me a preguntado sorprendida si conducía. Parece que un sordo no puede conducir.
La única diferencia es, por un lado que tengo que evitar conducir de noche, por prescripción médica, ya que la oscuridad y los cambios de luz me hacen perder el norte y ya me he llevado algún sustito.

Por otro los ruidicos.
Esos ruidos que no sabes de donde vienen y pillas unos mosqueos monumentales, porque no sabes si has rascado la chapa con algo.

El otro día me ocurrió una nérdota:
En el carril izquierdo de una calle de dos, el de delante paró para aparcar, con lo cual tienes que poner intermitente para incorporarte a la vía de la derecha, que siempre coincide en estos casos cuando viene la estampida de coches. Cuando creí que ya habían pasado todos, me dispuse a cambiarme de carril, y mira por donde apareció de la nada un coche que no vi, a lo que el mozalbete que lo llevaba me increpó.
El Meganico tiene un sistema de frenada ABS, EPS o no sé que cojines de combinación de tres letras que cuando pisas el freno en seco tiembla una cosa mala, para clavar las ruedas.
El caso es que al temblar, no sabía si le había dado al mozo.
Le pregunto de buena fe: "Te he dao?"

Lo que debió entender por el gesto de "andayá" que me hizo es que le estaba vacilando con un "te he dao o algo, chaval?"

PS (Por Sierto): El título no tiene que ver con ser piloto de gama baja, es para recordar que mañana a estas horas estamos en la fiesta de Blas.