Soy un inconsciente. Quiero decir que no soy consciente. En el trabajo somos una decena, pero no hablamos mucho, casi nada. En muchas ocasiones, el resto de compañeros están todos con los auriculares puestos a toda caña. Bueno, y yo con mi mp7, ¿qué pasa?. Al medio día me quedo solo y es cuando pierdo la consciencia (o conciencia, me dice la academia que valen las dos).
Me expliiiiiiiiiiiico. Llevo tanto rato no escuchando palabras que se me olvida que hoy hace dos meses que soy sordo. Y existen varias razones que me ayudan en mi inconsciencia (joer con el palabro que me equivoco al escribirlo):
Exruidos: los ruidos prácticamente son lo que eran, excepto sirenas, timbres, el agua y el cristal. Los clincs, plom, bum, crash, ... de la cocina están como estaban "antes de".
Yomeoigo: yo no oigo bien a los demás (ya lo expliqué ayer, a mi manera), pero mi voz casi la oigo bien.
Pesopoco: La ligereza del mp7 hace que a veces tenga que soltar un "hola, hola" y oírme para saber que lo llevo. Y es que la virguería en sí pesa 12 gramos (quien los pillara, ¿eh Maradona?), de los que la mitad son pilas. A la que consigan un sistema de alimentación cinética (y no estoy hablando de comer palomitas en el cine), lo meten por dentro, seguro (¿me lo cambian?, porfa, porfaaaa).
Total que entre los exruidos, el yomeoigo y el pesopoco que no me acuerdo que "sordeo". Sólo un error de logística me devuelve a donde pertenezco: el sonido del viento en el micro del pinganillo.
Porque, que yo recuerde, mis orejas no hacían ese ruido.
martes, 10 de febrero de 2009
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