Mi trabajo me absorbe. No lo digo en negativo, me encanta, pero algunos de los amigos que me leen saben lo que digo, porque seguro que les pasa también. La programación te mete tan entre líneas que si alguien te pone una mano en el hombro tardas unos segundos en volver a este mundo y reaccionar. Algo así como si te despiertan de la siesta bruscamente.
Y ahí quiero llegar.
Ya he contado que en sueños oigo perfectamente. Además de que me acuerdo bastante lo que he soñado. Cuando "sueño despierto" durante una concentración, al volver tengo unos segundos en los que creo que oigo normal, ya que los sonidos cada vez son más parecidos a como los recuerdo.
Pero de repente alguien habla y despierto del sueño.
lunes, 2 de febrero de 2009
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