- En el metro: Mucho ruido. Apenas distinguía el "próxima estación..." y sus pitidos de aviso.
- En el banco: Me ha costado bastante entenderme con la cajera. Al final, no sé que me ha dicho.
- En el trabajo: Muchos hablándome a la vez y yo buscando las bocas. Al que no miraba no oía. Alguno habrá pensado que soy un borde por no contestar. A algunos los entendía un poco, a otros no. La importancia del contexto.
- Con mi hermana: Más o menos me entiendo, pero porque se esfuerza en hacerse entender, cosa que la mayoría de la gente no hace, si no lo entiendes no te lo repiten, o se empeñan en gritarte.
A estos hay que explicarles que:
- Uno, a un sordo integral es inútil gritarle.
- Dos, si no te he entendido, intenta decirlo de otra forma. Si lo repites exactamente igual, te entenderé exactamente igual.
En resumen, me queda todavía un laaargo camino por recorrer, pero lo importante es que empiezo a caminar. Hay muchas piedras en el camino. Las iremos apartando.
Soy uno de tus amigos y tengo la "irónica suerte" de seguir tus progresos en la distancia. Es irónico porque no mola tener a los amigos lejos, pero en este caso en particular, la distacia me permite aprender a comunicarme contigo sin pasar por beta-tester (conejillo de indias, vamos). Tomo nota de consejos como el de no gritarte (es inutil) o no repetir las cosas con las mismas palabras sino tratar de expresarlo de otro modo. Son consejos tremendamente buenos y es muy pertinente que los des. Si ayer estuviera yo ahí e intentase hablarte seguro que era uno de los que te gritaron o repitieron las mismas cosas. Pero estoy lejos y me comunico contigo sólo por escrito. Leo atentamente lo que cuentas así que confío en que el día que nos veamos en persona llevaré la lección aprendida. ¡La pucha! Si además seguro que para ese día leerás los labios perfectamente y tendrás el mp7 actualizadísimo!!
ResponderEliminarPues si, tengo que decir que eres uno de mis amigos, y asi me lo demuestras cada dia. Un abrazo tio.
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