Día 349. Avatar

Anoche fuimos a ver la película del momento: Avatar

Al comprar las entradas por internet me cuidé de que mi asiento estuviera cerquita de la pared, por si tenía suerte y me tocaba un altavoz. Acerté de pleno, y caí justo debajo de uno de ellos.

Ya en los trailers y la publi me di cuenta de que la ventaja de tener el audio cerca no iba a hacer que oyera la película.Pero en lugar de pasarme las casi tres horas que dura lamentándome de mi poca audición, me relajé, me puse las gafas 3d y me dejé llevar.

Avatar es un peliculón que se entiende casi todo, aunque me la hubieran puesto en turco.

El mensaje quizá sea demasiado simple y metafórico: Nos estamos cargando este bello planeta y cualquiera que se nos ponga a tiro.

En Internet hay quien dice que el guión no acompaña a las imágenes. Todo a mi favor. Quizá el no seguir los diálogos aumenta la atención en lo visual, que es para disfrutar.

Hago un resumen que intento sea poco aguafiestas:

Los terrícolas descubren un planeta llamado Pandora, donde existe un mineral de muchos millones de dólares el kilo. En él habita una tribu, los Navis, que se resisten a la invasión humana con sus primitivos métodos. Para infiltrarse en ella, los malos, o sea nosotros, creamos un ser de su tribu pero falso, un Avatar, un cuerpo Navi dirigido por un humano que desde una camara-cama controla sus movimientos a distancia en una especie de sueños.

Pandora sencillamente es precioso. Con las gafas 3d parece que estés en él. Si me preguntan qué es mejor, verla con subtitulos o verla en 3d (las dos cosas sería tan ideal como poco probable) me decanto sin duda por los 3d.

Hay trozos tan bellos que desearías vivir allí, con esa cultura y esa gente, en taparrabos y sin prejuicios, amando su mundo, sintiendo la energía de su entorno y respetando como ellos, incluso a sus enemigos: los animales depredadores, humanos incluidos.

En el momento en que llegan las inmensas excavadoras a cargárselo todo (cualquier parecido con la realidad NO es coincidencia), el corazón se te hace un puño, como si realmente estuvieran atentando contra algo tuyo.

La magia del 3d te hace sentirlo todo de cerca. En algunos momentos estaba tan sumergido en ese planeta que olvidaba por completo que no entendía las voces. Supongo que algo muy parecido a lo que le pasa al personaje, que tiene que aprender otra lengua.

Me acordé de Juan, ya que el protagonista es minusválido y cuando cierra los ojos en la cámara y ocupa el Avatar-navi puede correr y moverse como el que más.

Qué pagaría yo por cerrar los ojos en una cama e irme a otro lugar donde pudiera oír perfectamente.

¡ Kuñ, si ya lo hago !