Día 510. Training day

Esta mañana llovía, por lo que nos hemos quedado sin nuestra ración dominical de playa.

Haciendo zapping hemos descubierto a César Millán.

César es un adiestrador de perros que entrena a sus dueños.
Como lo lees.

Hace un programa en los USA en los que cambia radicalmente el carácter de perros con problemas. En los castings para salir en uno de sus programas, se forman colas de dueños y perros como si fuera Operación Triunfo.

En el programa de hoy, una chica en silla de ruedas, por problemas en sus músculos y huesos, vive sola junto a un perro adiestrado que le ayuda acercándole el mando de la tele, quitándole los zapatos, cerrando y abriendo puertas o encendiendo las luces, entre otras.

El problema del animal era que tenía pánico a ir en autobús, pasando un mal rato de temblores en el trayecto.

César es un gran conocedor de las técnicas energéticas. Ha resuelto que el problema no estaba en el animal, sino en la chica. La chica transmitía al animal ese sentimiento de pena por hacerle pasar ese mal rato. Solucionado el problema con ella y solucionado el problema con el animal.

No sólo eso. La chica tenía un grave problema de autoestima debido a su situación. Le ha hecho ir a un colegio y enseñar a los niños lo que sabía hacer su perrito. Se ha sentido útil. César le ha cambiado la vida.

César me recuerda mucho a mi entrenador energético, Alex.

Hace unos tres o cuatro años empecé a probar diversas técnicas que ya he contado aquí: Chikung, Reiki,...

Fue Alex con sus clases de bioenergía el que me hizo entender muchas cosas.
A pesar de no estar de acuerdo con todo, saqué mis propias conclusiones, que al fin y al cabo es lo que cuenta.

Entendí que nuestras pensamientos influyen, y mucho, en nuestra realidad (algo que ya se ha demostrado a nivel cuántico). Aprendí que todo está conectado y tiene un porqué. Que la energía es atemporal y no entiende de distancia. Que, por ejemplo, puedo ayudar en la jaqueca de alguien que está a kilómetros.

Incluso sentí, después de seis años de evitarlo, cuándo era el momento oportuno de operarme, y puse todo mi empeño en que el equipo médico lo notara.

En los programas de César se percibe claramente su influencia energética, tanto en los perros como en los humanos. Sus charlas desprenden ese aire positivo capaz de cambiar la realidad cotidiana de cualquier propietario.
"Cambia tú y cambiará tu perro", parece decir.
"Cambia tú y cambiará tu entorno", te digo yo.

A mi ya no me sorprende si en el metro alguien lleva el libro en el que yo estaba pensando (quizá capté su energía y me vino el pensamiento del libro), si Xavier me manda un email justo en el momento de publicar el post de "el principito" del otro día (sin saberlo, claro) o si Lucía me viene hoy a que le cuelgue las láminas de París, justo después de visitar una web de curiosidades de la torre Eiffel.

Somos emisoras energéticas, por las que emitimos lo positivo y lo negativo.

Hoy no escribo igual que hace 510 días, algo ha cambiado. Tengo una responsabilidad y soy consciente de que puedo influir en el ánimo de quien lo lea. Y lo tengo en cuenta.

Sé que desde aquí puedo ayudar, y en ello estoy. Cada día Todavía.

Gracias, Alex.